En la semana previa al primero de septiembre, los asesores presidenciales y suponemos que el propio presidente, se preocupaban por levantar una gran “cortina de humo” que distrajera la atención de legisladores y población en general a fin de que no atendieran el contenido del Cuarto Informe Presidencial en el cual habrían de aparecer nuevamente los dos “cocos” de todos los gobiernos priístas desde el de Luis Echeverría: El crecimiento de la deuda pública y la devaluación del peso frente al dólar. Sabedores del ya de por sí bajo nivel de aceptación que tenía el gobierno de EPN y de cara a las elecciones presidenciales del 2018.